domingo, 22 de abril de 2012

Claudio María Dominguez

Me gusta su prédica. En parte porque no se casa con ninguna doctrina ni religión, el tipo hace una síntesis de todo y saca los principios comunes y es eso lo que predica. Por otro lado usa un lenguaje coloquial para que todos lo entiendan, -no sean pedorros y dejen de preocuparse y pelearse por nimiedades-, nos dice. Todo ok con el chico Odol. Pero las prédicas, la de él y la de otros, van dirigidas solo a un grupo de personas, el grupo que sufre, que está angustiado, que pide ayuda emocional. La prédica espiritual se transforma en un consuelo, en una medicina para almas perdidas. ¿qué pasa con el resto de las almas? las almas que no estan sufiendo, tal vez por ignorancia o falta de consciencia de su realidad, pero que también necesitan del mensaje espiritual que las ayude a despertar. Tal vez sea, porque a ese tipo de personas no se pueda acceder, su seguridad y ego les hacen creer que son autosuficientes emocionalmente, que lo tienen todo, que son fuertes, que no necesitan de esa prédica, y que, con bautizar a los hijos alcanza.

Quizás por que

En una entrevista Charly decía que había compuesto la canción "Quizás por qué" a los 20 años cuando todavía no se había acostado con ninguna chica, José Hernández escribe el Martín Fierro y nunca vivió entre gauchos, creo que no nos costaría mucho encontrar otros ejemplos en los que se refleja maravillosamente bien una situación, un sentir, que así lo interpretan miles de personas y, sin embargo, quienes escriben esas cosas no vivieron la experiencia personal de eso que transmiten con maestría.

Eso viola un principio socialmente muy arraigado que se basa en que quien mejor conoce algo es quien lo vivió, es más, el mismo principio descalifica en su saber a alguien que esta hablando de algo que no vivió. Pero pocos historiadores vivieron la historia que cuentan y no por ello su labor pierde prestigio, al contrario, si la vivieron puede ser contraproducente ya que aumentaría aún más el sesgo natural de todo análisis.

El viejo sabio, ese druida que aún habita en el saber popular, no es sabio por tener mas experiencias que los jóvenes, es sabio porque reflexionó sus experiencias y, sobretodo, porque puede relativizarlas y reinterpretarlas en el contexto actual.

viernes, 6 de abril de 2012

Afirmar la vida


Este texto lo saqué del blog de Alejandro Rozitcher, me pareció interesante lo que dice sobre que el pensamiento racional quiere imponer sus criterios a la naturaleza.




Afirmar la Vida: La idea la conocí con Nietzsche. Afirmar la vida es decirle sí al fenómeno real de la naturaleza y de la existencia, abandonar el reparo y la costumbre absurda de objetarle cosas. “No estoy de acuerdo con la naturaleza” parece decir el humano que se siente molesto con las crudas realidades del poder y la muerte. “Pues nadie te preguntó nada”, respondería la vida si pudiera, fruto de una evolución que ha tomado miles de millones de años y que no puede ser alterada por una racionalidad que cree poder imponer sus criterios.
Para Nietzsche el origen del valor es la posición de cada uno frente a la vida. Y depende del grado de fuerza. Las morales valiosas son las que afirman la vida, las que la niegan no están a la altura de la existencia. Niegan la vida las morales que desprecian el cuerpo, que miran a la complejidad de la experiencia humana como si fuera algo defectuoso o enfermo.

martes, 3 de abril de 2012

Una de convoy


La dictadura no solo fue cruel y sádica, fué torpe e incompetente. Torpe en su accionar, incompetente militarmente. Aunque conocían a su ejército mejor que nadie, su mayor ejército en ese momento era la sociedad argentina que despreciaba la democracia y avalaba la violencia como método de resolución de conflictos. Yo me acuerdo de eso, de los discursos en mi casa y en casa de padres de amigos. Conocían tanto a la sociedad de esa época que sabían que con lo de Malvinas iban a estar todos con las banderas flameando como en el mundial 78. Solo que no les salió tan bien la gesta como la del mundial. Tal vez intentaron coimear a Margart Tacher como hicieron con el 6 a 0 a los Peruanos y La de Hierro no cedió, no tanto porque sea incorruptible sino porque vio que ganaba más con la guerra. Y ahí se les vino el mundo abajo a los ineptos. Qué estúpidos dios mio! no se si lo digo por los militares o por la sociedad de ese momento. Siento eso por ambos. Creo que mejor lo expresa Luis Bruschtein:

Hasta la misma conducción de Montoneros, en un gesto entre trágico y patético, se ofreció como voluntaria para ir a combatir a las islas. Sin embargo, el sentimiento popular por la recuperación de las Malvinas no alcanza a explicar por sí solo la posibilidad de ese engaño. Hay un contexto histórico, y sobre todo una cultura política de época, que ayuda a completar ese mecanismo.
Para una sociedad como la argentina de aquella época, sin tradición democrática y con una cultura de violencia para resolver sus conflictos, la dictadura no estaba tan lejos como ahora. Era una sociedad esencialmente ambigua y contradictoria para hablar de democracia y de violencia, una sociedad que había formado a las Fuerzas Armadas como el Partido Militar de una minoría, una sociedad que había naturalizado los golpes militares, las proscripciones y la represión, que había silenciado fusilamientos y bombardeos, una sociedad que había sacrificado en la hoguera de la violencia a lo mejor de una generación y se disponía a hacerlo nuevamente con los jóvenes conscriptos que eran entregados en guarda a los torturadores.
La idea de sociedad no está centrada en este caso tanto en las personas sino más en los valores que ordenaban las actitudes de las personas, porque hasta las rebeldías estaban regidas por parámetros donde las ideas de democracia o de resolución pacífica de los conflictos no aparecían muy valoradas.

lunes, 2 de abril de 2012

Paseos callejeros

Tienen un super televisor y les gotea el techo, se compran un super estereo y el auto les pierde aceite, se compran la moto y tienen el revoque de la cocina que se les cae a cachos...Una lógica operativa de clase media hace este tipo de crítica. No solo hay que vivir confortable, hay que vivir con lo que a uno le da placer, asi que una lógica de vida les da la razón.

Es cansador ver tantas inmobiliarias, algo tan poco productivo, tan poco creativo. Plata fácil. Me causan hastío. Nada más aburrido que pasar por delante de una inmobiliaria.


A una mujer que se afeitaba* y estaba hermosa
*afeitar: Adornar, hermosear. Actualmente sería el equivalente a maquillar. 

Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que aquel blanco y color de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.

Pero tras eso confesaros quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual de rostro verdadero.

Mas ¿qué mucho que yo perdido ande
por un engaño tal, pues que sabemos
que nos engaña así Naturaleza?

Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!

Soneto de los hermanos Argensola, poetas del Barroco.

domingo, 1 de abril de 2012

Influencias políticas


Si trato de ver cuales fueron mis influencias políticas, creo que mi primera influencia debió ser el peronismo de mi padre, y luego de mi tío. Fueron innumerables las horas y las veces que escuché las discusiones de mi padre con amigos que venían a casa, o en las que nosotros íbamos a la de ellos.
Discursos cargados de certezas y de convicciones, sobre lo bien que el había hecho Perón a la gente humilde, cómo los había liberado del despotismo de la oligarquía y les había otorgado derechos acordes a un ser humano. También, fomentó la industria nacional, y se le criticaba el no haber promovido la industria pesada, de hecho, esa crítica era la justa y necesaria para darle un carácter de objetividad al discurso.
Esa influencia fue fuerte en mi adolescencia, pero fue decayendo progresivamente al ingresar a la facultad. Me fui desprendiendo del discurso hogareño, y me interesé por el discurso de mis compañeros y el de los centros de estudiantes. También mi abuelo me daba apuntes de socialismo.

Así que, si ahora hago un recuento de mis influencias, creo que fueron una mezcla de peronismo, socialismo, y lo que se suele llamar, en general, ideología de izquierda. Reforzadas por el hecho de que mi educación formal siempre fue en organismos públicos, desde la primaria hasta la universidad.
Incluso, ahora que lo pienso, ahí esté la razón de mi aversión por la educación privada, ya que siempre vi una contradicción insalvable en la dualidad alumno-cliente.

Pero últimamente en vez de alumno soy docente, en vez de empleado estoy junto a los dueños de pymes, en vez de cuidar el peso día a día, me doy ciertos lujos, impensables unos pocos años atrás. Creo que habitualmente a eso se le da el nombre de “aburguesamiento”, o los más tolerantes lo llaman, “crecimiento”, “maduración”, o simplemente “suerte”.

La cuestión es que esta nueva ubicación me permitió ver otra faceta de algunas posturas ideológicas. La visión del dueño, del empresario, del organizador, del que toma decisiones que influyen, no solo sobre él, sino sobre un número más o menos grande de personas.

Entones vi que los obreros no son siempre víctimas explotadas por un hombre a quien se le salen los billetes debajo del sombrero, que piden días de enfermedad sin estar enfermos, que boicotean las máquinas, que extorsionan a los dueños, que los sindicatos obreros son mafias que presionan y negocian con los empresarios y están lejos de hacerlo para defender los derechos de los obreros, etc.
También, en otro ámbito, veo a los centros de estudiantes con gente experta en pedir al Estado, pero con pocas propuestas que impliquen trabajo propio. El Estado y lo público, es un pozo de recursos infinito y siempre esta en deuda con ellos. Como pagan todos, no existe el que paga.
Los derechos se defienden forma claramente tendenciosa, con justa razón se defiende el salario docente, una mayor participación en la toma de decisiones y mayores oportunidades de examenes para los estudiantes, pero se olvidan de buscar los responsables del robo de material educativo cuando las sospechas apuntan a los no docentes, o de ver por qué no se controlan las llegadas tarde y ausencias del personal docente y no docente, o por que en el CBC el tiempo real de cursada es de tres meses cuando debería durar cuatro. Todos tenemos preferencias ideológicas, pero para mi que las protestas de los centros de estudiantes pecan de exceso de indignación y volumen sonoro, cuando claramente hacen la vista gorda a problemas que afectan la calidad educativa.

Sin embargo, el político y el empresario tienen a su favor que tienen más plata y poder que el estudiante y el obrero, pero eso no los hace peores personas a priori.

Tener plata y poder no es sinónimo de corrupción, solo debería implicar mayores controles debido a que tienen una mayor responsabilidad social, por el hecho de que sus acciones afectan a un mayor número de personas.

Y el obrero, el estudiante, el pobre, no tienen carnet de honrados y justos por su condición, solo debería dárseles el privilegio de acceder a lugares e instituciones a través de becas y beneficios, sin los cuales, no podrían acceder por su condición económico-social de origen.
O sea, lograr un sistema que aumente progresivamente los controles a mayor poder político y/o económico, y tenga mecanismos de compensación de los desequilibrios de origen, en pos de lograr la igualdad de oportunidades de los que menos tienen.